jueves, 29 de mayo de 2014

En defensa de los pollos


Ya hemos hablado en otras ocasiones de los bibliotecarios de la Wikipedia: para algunos una élite de privilegiados dentro del supuestamente igualitario mundo de la enciclopedia libre; y para otros, los redactores que supervisan el rigor intelectual de un proyecto tan abierto.


Pero pese a sus esfuerzos, el vandalismo de los trolls en Internet no conoce límites: de desoficiados está la red llena. La enciclopedia colaborativa por excelencia es como Blanche DuBois en Un tranvía llamado deseo: confía en la bondad de los desconocidos, y así le va en algunas cosas.

Los ataques a los artículos de la Wikipedia son numerosos, redactores mal intencionados que tergiversan las informaciones, aportan datos falsos, boicotean el rigor que con tanto celo se obstinan en mantener los “bibliotecarios”, y ponen en entredicho la ya de por sí, muchas veces cuestionada, veracidad de los artículos. 

Ante esta situación, el escritor, programador y compositor musical Ryan North, publicó un cómic allá por el 2007, en el que sugería la idea de focalizar toda esa ansia destructiva a un solo artículo de la Wikipedia, y que los revientaartículos atacasen exclusivamente a un asunto del que se podía prescindir perfectamente. Bajo el nombre de Every topic in the universe, except chickens (Todos los asuntos del mundo, menos los pollos), North se preguntaba: ¿quién necesita un artículo sobre los pollos?, ¿acaso no lo sabemos todo sobre ellos? Que los vándalos se desfoguen tergiversando la verdad sobre tan dignas aves, y dejen en paz al resto de artículos de la enciclopedia.

La idea no pasó de una broma a cuenta de la especie de aves más numerosa del planeta (Wikipedia dixit), pero no deja de producirnos cierta desazón. ¿Será que el pollo Calimero fue un visionario de la era digital cuando se lamentaba allá por los 70 de ser un incomprendido?



Hermes y Athena de Bartholomeus Spranger, cuadro en el que se mezclan
los símbolos de ambos dioses: el gallo y la lechuza



Después de todo el gallo ha sido símbolo de vigilancia y actividad, y por eso se relaciona a Minerva, diosa de la sabiduría (información extraída de Wikipedia, que resulta un tanto confusa en su redacción, puesto que el gallo era en realidad atributo de Mercurio, siendo la lechuza la que acompañaba a Minerva, en fin...). El caso es que aunque la lechuza sea un símbolo más propio en términos simbólicos bibliotecarios, el pollo no es nada desdeñable: es económico, nutritivo y popular, justamente los atributos que se podrían decir de una biblioteca pública, y como muestra un botón: la Biblioteca de Pollos

Pollos es un municipio vallisoletano, cuya biblioteca se inauguró el pasado verano gracias, exclusivamente, a donaciones de entidades públicas, privadas, y particulares. Hasta un total de 4.000 obras que vienen a atender a una población rural, que a contracorriente de tantos centros urbanos, en los que son sacrificados los servicios bibliotecario: ha decidido apostar por la cultura desafiando esta época de recortes. Inaugurada por el escritor Martín Garzo, la localidad de Pollos, tiene claro que las bibliotecas no son un gasto, sino una inversión.

Y a la artista con la que cerramos este post tan avícola, más de una vez, sus detractores la han tachado de gallinácea por esos delirios vocales a los que se entrega. Pero Nina Hagen nunca ha tenido aspecto de que le afecten mucho las críticas; convencida defensora de los derechos de los animales, en su vídeo para su reggae Tiere deja claro que sus infinitos registros vocales, se acoplan a la perfección con los sonidos de toda una granja instalada en su garganta.


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