viernes, 12 de abril de 2013

Estudia o revienta

Imanol Arias como El Lute

En medio de este vendaval de recortes, preferentes, escraches y desahucios: aquello de que siempre habrá alguien que esté peor, puede sonar de lo más conformista y represor. Pero ¿qué se le puede recortar a los que ya tienen recortada la libertad física? Ya abordamos en Libre, libre quiero ser, el papel de las bibliotecas en las cárceles. Por ello la noticia que llega desde las cárceles de Nueva York nos resuena aún más inquietante.

El sistema penitenciario del estado está valorando eliminar las bibliotecas de textos legales de las que hasta ahora disponían los reclusos en las cárceles. Y como contrapartida ofrecer o bien acceso a bases de datos legales, o mantener las bibliotecas a costa del dinero que ingresa la cárcel a través del economato, en el que los presos compran comida, objetos de aseo, etc. ¿Será el primer paso hacia un copago carcelario?

Boney M en la celda de El Lute, al que dedicaron una canción
¿Qué habría sido de nuestro Lute si en la cárcel no hubiera tenido acceso a textos legales con los que consiguió sacarse la carrera de derecho?, ¿o de los aproximadamente 1.000 presos que estudian una carrera en las cárceles españolas?

Por el contrario en Edimburgo, la biblioteca de la cárcel se alzó en 2010 con el galardón Library Changes Lives Award (Premio a la Biblioteca que Cambia Vidas). Lo consiguió transformando un depósito de libros, en un espacio luminoso, confortablemente amueblado y con fondos variados, que logró que la población reclusa que retira libros de la biblioteca pasase del 5% al 50%. Lo de cambiar vidas, en este caso, no es ningún eufemismo, como tampoco lo era la medida adoptada en Brasil que contábamos aquí.

Cárceles de mujeres y erotismo, un tema clásico de serie B

Pero por concluir menos solemnes, nada como la demanda de las presas de algunas penitenciarias inglesas por leer (sí, sí otra vez) las 50 sombras de Grey. Las autoridades lo tienen complicado, puesto que prefieren evitar lecturas o películas “excitantes”; pero ante las insistentes peticiones, fuentes del Ministerio de Justicia han declarado que siempre será mejor que lean la trilogía de Grey, que no leer nada en absoluto. Nosotros no lo tenemos tan claro, pero en cualquier caso siempre será preferible a un motín.

Nada es casual: Sara Montiel en Cárcel de mujeres

 

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