martes, 23 de octubre de 2012

Yo no soy tonto

De gran superficie a gran biblioteca

La crisis no lo quiera, pero si se da el caso de que algunas de las grandes superficies, que de manera tan americana, han acordonado nuestras ciudades, quebrase por cierre de locales y falta de clientes, no sería una mala opción seguir copiando a los yanquis y hacer como han hecho en el condado de Hennepin (Minnesota): convertirla en la biblioteca Eden Prairie.

Si tanto hemos repetido aquello de que somos supermercados de la cultura, y tanto hemos mirado las tácticas de venta de los comercios para mejorar la oferta de nuestros fondos; entonces podríamos decir que no resulta nada descabellada esta reconversión.


Antes que tristes moles abandonadas a su suerte, afeando el entorno en su deterioro, y antes de que se conviertan en escenarios ideales para películas de zombis: reconvertir edificios abandonados en lugares para la cultura es algo que los artistas underground de Berlín y de muchas otras ciudades llevan haciendo desde hace décadas.

Símbolo del movimiento okupa
El asunto nos pone en bandeja un nuevo concepto para nuestro particular glosario: la Biblioteca Okupa, o lo que es lo mismo, la capacidad de las bibliotecas para adaptarse a los hábitats y espacios más inverosímiles con tal de hacer llegar la cultura a todo el mundo (sólo hace falta recordar los locales que han ocupado muchas veces algunas bibliotecas en pequeñas poblaciones).

Y en este caso además lo tendríamos fácil para publicitar la biblioteca en su nuevo espacio, y así enmendar el cartel tuneado de una gran superficie con: Yo no soy tonto…voy a la biblioteca.

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