viernes, 10 de febrero de 2012

Western bibliotecario


Fotografía de Edward Sheriff Curtis

Al igual que Josefina Aldecoa dejó para la posteridad la experiencia de ser una maestra en la España rural; alguien del gremio bibliotecario, con talento literario, debería atreverse a dejar por escrito las peripecias de un bibliotecario. Best seller asegurado.

Pensando concretamente en nuestra biblioteca, a la trama no le faltarían elementos de suspense tipo Millenium (como cuando nos “desaparece” por quincuagésima vez el libro Cómo hacer bien el amor), risas unas veces propias de una película de los hermanos Marx (humor delirante, como cuando algún usuario coge los enormes carritos transporta libros, tomándolos por carritos de supermercado), y otras, de una película de los hermanos Farrelly (humor escatológico, como cuando un usuario decidió utilizar como urinario las estanterías de música jazz de nuestra Mediateca, ¡qué asco!), y drama propio de una ficción decimonónica (a esto esperamos no llegar nunca pese a los tiempos que corren).


Fumando la pipa de la paz en la biblioteca
El anecdotario da para mucho, como en cualquier servicio abierto a todo tipo de público; pero pese a que tenemos nuestro reglamento, aún no hemos llegado a contemplar algunos de los asuntos que se está estudiando incluir, en el reglamento de las bibliotecas del Condado de Maricopa en Arizona (y es que con ese nombre). En Arizona se localizaron muchas de las míticas historias del salvaje oeste, así que después de todo no extraña tanto que prohiban comportamientos tales como:

Cowboy culturizándose
- Peleas

- Portar armas de fuego o armas blancas

- Lenguaje obsceno

- Demostraciones públicas de afecto inadecuadas


- Estar bebido


- Dormir, bañarse o lavar la ropa


- Vagabundeo sin rumbo, o congregarse ruidosamente


La verdad es que lo de dormir, estar bebido y las demostraciones de afecto inapropiadas, no es algo que no haya sucedido en nuestras salas, pero de momento lo tenemos más o menos controlado (pese a la revolución hormonal de cada primavera).

Tampoco nos ha pasado lo de este clásico vídeo de humor bibliotecario de rubia en una biblioteca; pero a más de un compañero no le importaría lo más mínimo. Con él cerramos el post, por si alguien aún no lo conoce:


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